¿A QUIÉN ESCUCHAS?
En estos tiempos, es complicado tomar decisiones correctas sobre asuntos delicados.
La sociedad y el entorno nos dicen que todo es relativo y que cada quien puede decidir lo que quiera, siempre que lo haga feliz y le permita realizarse.
Se buscan gratificaciones inmediatas, hay falta paciencia y conciencia de que cada acción que decidamos tomar, tendrá consecuencias, ya sean positivas o negativas.
Los términos de que algo “esté mal” o “esté bien” no están de moda, se consideran restos de los tabúes, normas y creencias obsoletas.
Sin embargo la vida real no es así. Cada acción que decidamos tomar, cada decisión, inevitablemente tendrá una consecuencia que nos guste o no, tendremos que asumir.
En el fondo del corazón de cada hombre y mujer, existe una campanita de alarma que despierta inquietud cuando estamos decidiendo algo que nos va a dañar a nosotros mismos y a los demás.
El ruido y el torbellino de la vida puede opacarla y convertirla en algo casi inaudible, pero ahí está. Podemos llamarla voz de la conciencia, una alarma automática que detecta el bien y el mal, porque mis queridos amigos: existe el BIEN y existe el MAL.
El temaes decidir A QUIÉN ESCUCHAR.