ABUELOS CIBERNÉTICOS
“El legado de los abuelos puede durar para siempre y se convierte en un eterno manantial de bondad que fluye hacia el futuro”.
Carolyn Gutowski
Cada vez es más frecuente encontrarnos con abuelos, abuelas y hasta bisabuelos que están en las Redes Sociales: chatean con sus nietos, participan en los grupos familiares, contactan a sus amigos y dedican varias horas de su tiempo a esta actividad.
Encontramos que esto es muy positivo por varias razones:

Ocupan su tiempo, se comunican con familiares y amigos cercanos o lejanos.
Están enterados de lo que pasa en la familia y en su entorno.
Algunos estudian “en línea” y siguen aprendiendo y creciendo.
También facilita la interacción que todavía en México, tenemos entre los miembros de la familia.
A pesar de que en los últimos tiempos la complicación de las grandes ciudades, los estudios en el extranjero y el desplazamiento por razones de trabajo van siendo cada vez más comunes, generalmente es una realidad que, al menos en las fiestas importantes y celebraciones, las familias gustan de estar reunidas incorporando a los papás, hermanos, nueras, yernos, primos, sobrinos, y no se diga, a los abuelos.

Los roles que ellos representan en cada familia son de una gran importancia para la unión familiar y la formación de los nietos.
Abuelos nutridores: Comunican amor incondicional que se manifiesta a través de atención, interés y tiempo. Relación cálida, cercana y aceptante. Aman a cada uno tal y como es. “Te quiero por ser TÚ”, sin condiciones
Historiadores familiares: puentes entre el pasado y el presente, raíces, sentido de familia. ¿Quién no recuerda las historias, anécdotas, fotografías y sueños que nos platicaron los abuelos? ¿Las frases y dichos “familiares” que se transmiten de generación en generación?

Mentores: Promueven el desarrollo de los nietos comunicando destrezas y habilidades que les abren horizontes. En ocasiones, se hacen cargo de ellos durante el día para facilitar que ambos padres trabajen.
Modelos de crecimiento: Testimonio de vida, envejecer con dignidad, deseos de aprender y seguir creciendo hasta el día de su muerte.

Abuelos y hasta Bisabuelos que se inscriben en la Universidad, que están comprometidos en programas de ayuda social, que aprenden computación para estar en contacto con los nietos y con el mundo actual.
Sabiduría acumulada: madurez adquirida a través de los años de experiencia, logros y fracasos.
Transmisores de tradiciones: ¿Se acuerdan de los viajes con los abuelos, del “nacimiento” y el árbol que montaba todas las Navidades?

Y, por supuesto, había que cantar la posada la víspera de Navidad, rezar, besar al Niño y ponerlo en el pesebre. Comer la Rosca de Reyes, el Pan de Muerto.
Cuántas personas,, entre ellas el Papa Francisco y nuestro jugador internacional Javier Hernández, el Chicharito, han dicho: ”Mi abuela me enseñó a rezar”.
Los recuerdos acuden a nuestra mente: “mi abuelo me enseño a manejar, mis abuelos nos llevaron a conocer la iglesia dónde se casaron”, “mi abuelito nos llevaba al circo”, sería interminable tratar de registrar todo lo que se viene a nuestra mente.
Transmisión de valores: “Mi abuelo me pasaba todo, menos que dijera mentiras”, comentó un hombre en los funerales.
“Mi abuela me enseñó a valorar la honestidad, la cortesía y el amor” dice una amiga mía.
Aprovechar el tiempo que permanezcan con nosotros, apreciar el amor incondicional que dan a nuestros hijos, perdonar sus imprudencias o repeticiones, enseñar a los hijos, con el ejemplo, a amarlos y respetarlos.
LOS ABUELOS ENSEÑAN A VIVIR CON UN SENTIDO, A ENVEJECER CON DIGNIDAD Y A MORIR CON ESPERANZA.